Así comenzaba mi primer día
de preescolar, ilusionada, con una sonrisa, seguro que con nervios, vestida de
amarillo… (amarillo? ¿no dicen que eso da mala suerte? bueno creo que me fue
bien ¡muy mal no he salido!), y lo más importante con una bonita bata, para
pintar con los dedos, con los pinceles, jugar con los colores, disfrutar…
Y ahora unos cuantos años
después, termino la carrera de Bellas Artes con nervios y también con lo más
importante, una bonita bata, para seguir pintando con los dedos, con los
pinceles, jugar con los colores y sobre todo, disfrutar.
Titxu ^.^